Vive la vida

jueves, 2 de agosto de 2012

Te debo mi sonrisa diaria.

Eres la razón por la cual me levanto con una sonrisa, y me acuesto con otra. Eres la razón por la  cual desde hace dos meses, que estoy de un buen humor inesperado. Eres la razón por la cual soy feliz. Sí, feliz. Feliz a tu lado, porque, ahora, no te cambiaría por nada del mundo. Que llegaste de inesperado, y en un mal momento, y tú solito has conseguido que vuelva a sonreír. Que vuelva a tener ese brillo en los ojos que hacía tiempo que no tenía, que me vuelva a enamorar. Por eso, y mucho más, te debo mi sonrisa diaria.

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